El acento de palabra (acento léxico o tonicidad) es un rasgo fonológico de la palabra. Hay lenguas que no necesitan recurrir a ningún constituyente fonológico para asignar el acento (finés y húngaro presentan siempre el acento en la primera vocal de palabra, camboyano y hebreo lo presentan en la última vocal). Pero es corriente que el acento se distribuya sobre las agrupaciones de sonidos que son las sílabas, en castellano (y en catalán) siempre recae sobre las tres últimas sílabas.
La asignación del acento está condicionada por varios factores como la estructura interna de las sílabas. Sin embargo, la relación actual del castellano con el peso silábico ha sido discutida. El castellano conserva, a grandes rasgos, una posición del acento derivada de la estructura métrica del latín, sensible al peso y la cantidad silábica (ver pie).
En la gran mayoría de las palabras del castellano la posición del acento depende de si la palabra termina en vocal o en consonante. Generalmente las palabras terminadas en vocal son llanas y las terminadas en consonante son agudas. Los mecanismos que asignan el acento se fijan según las sílabas. Hay mecanismos que se fijan sólo observando la agrupación silábica (fijan el acento independientemente de la estructura interna de la sílaba, insensibles a la cantidad) y los que se fijan también en aspectos de la estructura interna de los constituyentes silábicos y, por lo tanto, tienen en consideración el peso silábico (son sensibles a la cantidad).